Volver a una ciudad “inteligente” no es solo sensores, cámaras y dispositivos que transmitan datos. La realidad de este concepto son los espacios “humanizados” que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos.
Durante los últimos años se ha difundido en diversos ámbitos institucionales la expresión “Ciudades Inteligentes” derivada del inglés “Smart Cities”, este concepto es una apuesta por un nuevo modelo de gestión urbana que sea capaz de responder de manera integral a las necesidades de sus habitantes en términos de movilidad, planeación urbana, gobierno, economía, energía, medio ambiente, resiliencia, seguridad, educación y salud; el eje transversal de este nuevo tipo de ciudad es la innovación y la tecnología.
En diferentes partes del mundo esta idea ha venido tomando fuerza y varias ciudades han puesto en marcha diferentes planes de acción para aplicar este concepto holístico de “Ciudad Inteligente”. Las grandes ciudades crecen, se modernizan y las tecnologías incorporadas a la vida urbana pueden convertir a sus habitantes en el Gran Hermano o en personas capaces de definir su propia calidad de vida e incidir en la calidad de vida colectiva.
Para Furukawa Electric, compañía líder en tecnologías de punta para infraestructura de redes de comunicaciones, el concepto de ciudades inteligentes se define como aquellas que hacen un uso intensivo de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TICs) para crear y mejorar los sistemas que componen el ecosistema y que, además, desarrollan la capacidad de crear, recopilar, procesar y transformar la información para hacer sus procesos y servicios más eficientes, mejorando la calidad de vida de los habitantes y haciendo un aprovechamiento eficiente de recursos.
Las ciudades son el lugar donde las relaciones humanas se expresan, es donde se concretan los encuentros y las interrelaciones que dan espacio a diversas creaciones. Las ciudades constituyen sistemas sociales complejos que implican la correlación recíproca entre hombres y máquinas. Y aquí cabe aclarar que la tecnología ha sido creada como una herramienta de un gran valor, en donde los seres humanos en el siglo de los robots, tenemos que ser más humanos que máquinas.
Ciudades inteligentes humanizadas
Si bien, el propósito de la ciudades inteligentes es la de hacer y crear una ciudad más humana, diseñada para humanos y enfocada en humanos; las grandes compañías de los diferentes sectores principalmente las del sector TIC, comienzan a ser jugadores destacados dentro de este gran cambio tecnológico, viendo un negocio emergente de toda índole.
El camino correcto para llevar a cabo un proyecto de ciudades inteligentes debe ser bajo una estrategia la cual esté basada en un conjunto de buenas prácticas que apunten a transformar la ciudad actual para mejorar la calidad de vida y sobre todo llegar al balance entre la ciudad inteligente y ciudadanos inteligentes.
Y a lo que esto se refiere, es a desarrollar en los ciudadanos capacidades como pensamiento racional y creatividad, ya que una población racional y creativa es más propensa a utilizar la tecnología de forma correcta y capaz de imaginar nuevas herramientas, encontrar soluciones eficientes y diseñar espacios efectivos. Los ciudadanos moldean a la ciudad, al mismo tiempo la ciudad se moldea de acuerdo a las necesidades de sus habitantes, por lo que esto permite que sean dinámicas; así que si se quiere dar el gran salto hacia esta transformación, no importa cuánta tecnología se pueda instalar en la ciudad, si no se cuenta con una población inteligente, no habrá un efecto inmediato.
Soluciones que brinden soluciones
Actualmente, en Latinoamérica hay diversos casos de éxito de ciudades inteligentes, pero el concepto es mucho más amplio. Por ejemplo, los proyectos de Movilidad Eléctrica que permiten que vehículos, bicicletas y barcos eléctricos puedan ser surtidos en estaciones especiales disponibles. También para los proyectos de Alumbrado Público eficiente con LED, pueden generar hasta un 69 % de economía en el consumo. E incluso los proyectos de medición inteligente de consumo de Energía por el propio ciudadano, con la opción de elegir las horas de uso. Además, existen los proyectos que incluyen la generación de energía renovable y el almacenamiento de energía, los edificios inteligentes y los ciudadanos cada vez más conscientes.
Otro ejemplo, de ciudades innovadoras a beneficio a los ciudadanos, se encuentra ubicado en la región de Bujama, en Lima, Perú, en donde miles de cabezas de lechuga brotan junto a una carretera principal gracias a una fuente muy inusual: una valla publicitaria. Este es un proyecto que adelantó el FCB Mayo Perú y la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC), el cual tenía como propósito principal entregar más de 2.800 cabezas de lechuga semanalmente a los transeúntes y a la comunidad local, todo de forma gratuita.
Desde Furukawa Electric LatAm, contamos con la solución Smart City, basada en una red óptica, la cual ya está instalada en varias ciudades de Latinoamérica. En la práctica, esta solución viabiliza la construcción de una red óptica con alta disponibilidad para conectar subestaciones de energía, semáforos de tránsito en regiones críticas de alto tráfico, hospitales, escuelas, entre otras aplicaciones.
En última instancia, las ciudades se construyen para varias generaciones y no para satisfacer los intereses comerciales de grandes compañías o de gobiernos ambiciosos que desean dejar su huella. A pesar de que una ciudad podría promocionarse a sí misma como inteligente o utilizar tecnologías innovadoras, no serviría de nada si descuida a su gente y entorno.