La llegada del 5G a Chile se trata, sin duda, de un hito. Una vez más, nos pone en el top de Latinoamérica en materia de desarrollo tecnológico, ya que es el primer país de la región que licita en esta banda que promete mayor velocidad y conexiones eficientes para diversas industrias.
Y es que con el 5G se abren enormes posibilidades como, por ejemplo, la proliferación del Internet de las cosas (IoT). Cada vez será posible conectar más dispositivos diferentes como máquinas, robots, cámaras, lectores de control de acceso y otros sensores que podrán comunicarse entre sí y enviar todos sus datos a un centro de control para su análisis y respuesta automatizada. Para el 2030 estarán 500 billones de dispositivos conectados y esto cuando se aprovecha adecuadamente, puede proporcionar información invaluable de una organización y de sus entornos operativos.
Sin embargo, no todo lo que brilla es oro, y los avances tecnológicos también implican riesgos inminentes. Con una red 5G altamente hiperconectada, también se abre un amplio abanico de posibilidades de ciberataques, con una conexión que asegura un funcionamiento a gran escala.
Es por esto, que Genetec hace un llamado al gobierno, empresas privadas y ciudadanía en general, a que el principal lema de los chilenos desde hoy sea proteger la información. El 5G, llega -en cierto punto- a tentar a los ciberdelincuentes a realizar ataques donde podrían robar información en mayor volumen. Al existir mayor contenido y más dispositivos conectados debido al uso del 5G, se espera que suban los intentos de robo de información.
Desde la seguridad electrónica, por ejemplo, las cámaras de seguridad, los lectores de control de acceso y los paneles de alarma son dispositivos IoT que ejecutan software y pueden contener vulnerabilidades de seguridad cibernética que los atacantes pueden aprovechar. Para contrarrestar la amenaza, los departamentos de seguridad física deben asociarse con sus contrapartes en seguridad cibernética para comprender mejor los verdaderos límites del perímetro de seguridad y trabajar para desarrollar una gobernanza y procesos sólidos para evitar o mitigar los ataques cibernéticos.
La mayoría de los riesgos podrían eliminarse fácilmente tomando medidas básicas como garantizar que los dispositivos no utilicen contraseñas predeterminadas y que se ejecuten con la última versión disponible del firmware. Sin embargo, según los propios datos de Genetec, el 68 % de las cámaras que intentan conectarse a sus sistemas suelen tener un firmware desactualizado. De estos, más de la mitad implican vulnerabilidades conocidas para las que ya hay disponible una actualización de seguridad.
En el mundo del 5G esta es una situación que debe cambiar rápidamente y que solo puede resolverse mediante una mayor conciencia sobre la importancia de la ciberseguridad y la importancia de tener proveedores que implementen políticas de ciberseguridad y privacidad por diseño. Solo así las organizaciones podrán esperar construir un marco de seguridad cibernético resistente desde el cual operar y listo para aprovechar todos los otros beneficios que trae el 5G.
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