Por: Sergio Saggese Presidente y Co-fundador de Agnóstica, Consultoría Estratégica
Dada la crisis generada por la aparición y expansión del COVID-19, las empresas más allá de su grado de preparación para manejar esta pandemia se han visto afectadas en mayor o menor medida en su productividad, su cadena de suministro y en sus ingresos, impactando sus resultados y aspiraciones financieras, todo esto implicara seguramente una redefinición de los mercados, competidores y del sector donde se desempeñan. Como señala en la frase atribuida a Mario Benedetti, “cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas”.
Si bien para muchas culturas las crisis es sinónimo de una situación grave y/o complicada, para los chinos la palabra crisis se traduce como 危机 (Wei Ji), la cual está formada por dos caracteres, el primero es Wei, que significa peligro y el segundo es Ji, que significa oportunidad y como señala el proverbio chino “mientras unos lloran por la crisis, otros ven la oportunidad de vender pañuelos”.
En ese mismo orden de ideas, Albert Einstein aseguró que “la crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y los países, porque la crisis trae progresos”, sin ánimo de exacerbar la crisis como una bendición y pese a las adversidades, no le faltó razón en aseverar que toda crisis tiene su lado bueno y, la experiencia de otras situaciones similares apunta hacia la gran generación de oportunidades que, de saber aprovecharse, puede permitir que las buenas ideas encuentren su mejor posición en el mercado pese a las dificultades, incentivando la creatividad, los descubrimientos y las grandes estrategias como el mismo indicó, tal es el caso de Microsoft que fue fundada por Bill Gates y Paul Allen en plena crisis económica de 1975 y quienes mientras el mundo se centraba en el desarrollo de hardware, ellos apostaron por el desarrollo del software.
El COVID-19 ha llevado a casi todas las empresas a la adquisición y utilización intensiva de herramientas de tecnológica de comunicaciones unificadas, colaboración, VPN y soluciones de virtualización de escritorios/aplicaciones que permitan y faciliten la masificación del concepto de Home Office, teletrabajo o trabajo remoto los cuales son una forma de organización en la que el empleado realiza las tareas inherentes a su puesto de trabajo fuera de la oficina para mitigar el impacto sobre la continuidad operativa del negocio.
Por lo tanto, no solo es suficiente mantener la operatividad de la empresa (supervivencia), es fundamental identificar las nuevas oportunidades que se presenten, replantearse las metas y las estrategias para el cumplimiento de los objetivos y tal como señaló Peter Bamm: “lo que importa verdaderamente en la vida no son los objetivos que nos marcamos, sino los caminos (estrategia) que seguimos para lograrlo”, ya que es la única manera de definir direcciones claras que sigan haciendo viable el negocio en un entorno de alta incertidumbre y tanta complejidad como el actual.
Recientemente se han publicado artículos que señalan y sustentan que el COVID-19 está acelerando e impulsado los procesos de Transformación Digital a lo cual debo decir que aunque comparto que el COVID-19 abrió una ventana de oportunidades de distinta índole y que están acelerando e impulsando una serie de iniciativas, como las anteriormente señaladas, pero con lo que no estoy de acuerdo es con las aseveraciones relativas a que todo esto apunta hacia una transformación digital, ya que simplemente se trata de la implantación de herramientas que apalancan la utilización del home office en la mayoría de los casos. Las organizaciones que solo se enfocan en cambiar modelos de negocios, nuevas tecnologías que generan ventajas competitivas,
nuevas experiencias de clientes respaldadas digitalmente están implementando iniciativas de carácter digital, pero que por sí solas y de forma individual sin una estrategia unificada e integral, dista mucho de lo que es un proceso de transformación digital.
La transformación digital, es mucho más que implementar nuevas herramientas tecnológicas, comprar equipos más ponentes, almacenar datos en la nube o digitalizar los procesos de una empresa, es un cambio profundo y disruptivo del modelo negocio y operativo que afecta a todos los niveles de la organización y que representa una oportunidad estratégica de reinventarse e incorporar nuevas tecnologías, para que el negocio sea más eficiente y permita explorar y crear oportunidades estratégicas de negocio. Mas allá de la implementación de tecnología de vanguardia, en la transformación digital hay que trabajar en la formación en competencias digitales, su aplicación práctica con nuevos sistemas de trabajo colaborativo, metodologías y, por supuesto, la incorporación de términos como talento digital, innovación, disrupción y, en definitiva, adaptarse a una nueva cultura, interna y externa, para garantizar el éxito del cambio.
La transformación digital ayuda a las organizaciones a seguir el ritmo, contando con respuestas oportunas y adecuadas ante las demandas emergentes de los clientes, entorno o situaciones sobrevenida como la crisis del COVID-19, y por ende, se trata de una estrategia que define o renueva las dinámicas cambiantes de la organización para adaptarlas y alinearlas a las necesidades tanto presentes como futuras de la empresa, mediante el desarrollo de una nueva cultura de trabajo y el uso de las nuevas tecnologías.
Es de esperarse que en situaciones de crisis las organizaciones y sus líderes actúen con resolución y rapidez, sin embargo, dada la urgencia y los contratiempos pueden verse tentadas a tomar atajos siendo que la prisa no puede aplicarse a costa de la calidad, tomar decisiones bajo presión que sean improvisadas y apresuradas puede ser un error, ya que cualquier decisión que se tome tiene repercusiones de largo plazo y en lugar de resolver el problema crean mayores conflictos. Las organizaciones no deben dejarse llevar por la presión del momento, deben adaptarse y responder a los desafíos con la mayor agilidad y diligencia posible. Como dice el refrán “Sin prisa, pero sin pausa” para hacer bien las cosas no hay que correr y tampoco pararse.
Independientemente de la presión de las circunstancias, controlar la ansiedad ante la necesidad de una respuesta, ver más allá y que las decisiones o acciones se guíen sobre la base sólida de conocimientos y de información confiable, tanto las de corto plazo para cuestiones críticas que garanticen la supervivencia, como las de mediano y largo plazo que garanticen la sostenibilidad del negocio en el tiempo, ya que la respuesta no puede estar únicamente basada en una estrategia de supervivencia y adaptación, perdiendo la visión de futuro.
Quizás hasta el momento usted no consideró una transformación digital porque no le parecía relevante para su organización, pero es indudable que es una realidad y que las empresas deben aprovechar esta ventana de oportunidad para acelerar sus procesos de transformación, repensando su modelo de negocio de cara al futuro generando una ventaja competitiva en relación con sus competidores. Deben construir una estrategia de transformación articulada y compartida con toda la organización antes de invertir, la cual debe ser un componente clave de la estrategia de la organización y no debe manejarse como estrategia separada, asegurándose las capacidades y su implementación de forma horizontal evitando los silos.
En conclusión, ante un escenario, inédito, de alta complejidad y plagado de incertidumbres, que ha trastocado los modelos de negocio de gran parte de las empresas, son muchos los que afirman que nada será como antes, lo que pareciera indudable que bajo este contexto, una transformación digital, conscientemente asumida, orquestada de forma ágil y resiliente, representa una oportunidad única para aumentar nuestra capacidad de respuesta adecuada frente a desafíos globales como el que estamos viviendo u cualquier otro que se presente.
No olviden qué, aunque la tecnología es una pieza clave para la transformación, no deja de ser un medio para un fin. “Los procesos de transformación tienen dos veces más posibilidades de tener éxito si se articulan sobre un plan de acción antes que sobre una tecnología concreta” KPMG