El plazo oficial de 2027 presiona a las empresas a acelerar la transición a SAP S/4HANA; la extensión hasta 2030 no elimina riesgos ni costos adicionales
Desde su lanzamiento a comienzos de los años 2000, SAP ECC se consolidó como uno de los sistemas de gestión más utilizados en el mundo, llegando a tener cientos de miles de empresas en su base de usuarios y convirtiéndose en la columna vertebral de la transformación digital en grandes corporaciones. Sin embargo, SAP ya definió que el soporte para ECC finalizará oficialmente en 2027, lo que coloca a las organizaciones ante una decisión estratégica: migrar a SAP S/4HANA o convivir con los riesgos de operar con un sistema sin soporte.
De acuerdo con un informe de Gartner publicado este año, se estima que, al cierre de 2024, el 61% de los 35 mil clientes de SAP ECC aún no había adquirido licencias de SAP S/4HANA. La extensión del plazo hasta 2030 — bajo condiciones especiales y con el pago de tarifas adicionales — no elimina los problemas asociados con la falta de actualizaciones continuas, los riesgos de seguridad y los mayores costos de mantenimiento.
“La ausencia de actualizaciones y la presión por tarifas adicionales hacen que permanecer en ECC sea insostenible a mediano plazo. Es una decisión que incrementa los riesgos en seguridad de datos, cumplimiento regulatorio y competitividad. SAP S/4HANA, además de representar la evolución natural de SAP, ofrece beneficios claros en rendimiento, automatización e integración con tecnologías emergentes como inteligencia artificial y analítica en tiempo real”, afirma Marcel Nakazawa, Head of Product de Mignow, empresa pionera en actualizaciones a SAP S/4HANA con inteligencia artificial.
Lanzado para suceder a SAP R/3, ECC alcanzó su punto máximo entre 2010 y 2015, cuando se consolidó como referencia mundial en sistemas de gestión. Desde 2015, con el anuncio de S/4HANA, SAP ha venido impulsando la migración y reduciendo progresivamente las inversiones en ECC. El punto final será 2027, cuando el soporte estándar se dará por terminado globalmente.
El principal desafío hoy radica en el tiempo necesario para una transición segura. Aunque aún faltan dos años, los proyectos de migración completos requieren planificación y pueden extenderse por varios meses o incluso más de un año, dependiendo de la complejidad del entorno.
“Migrar no debe verse solo como una obligación técnica, sino como una oportunidad de evolución. Con automatización y metodologías ágiles, es posible reducir los plazos, minimizar los riesgos y preparar a la empresa para un futuro más digital y competitivo”, explica Nakazawa.
Más que una simple actualización de software, la migración a S/4HANA se convierte en una decisión de negocio que impacta la competitividad, el cumplimiento normativo y la capacidad de innovación de las empresas en los próximos años. Al modernizar procesos e integrar datos en tiempo real, las organizaciones ganan agilidad en la toma de decisiones, reducen riesgos regulatorios y pueden identificar nuevas oportunidades de crecimiento. Además, la plataforma permite una gestión más estratégica de los recursos, promoviendo la eficiencia operativa y sosteniendo la transformación digital de manera escalable y segura.

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