Estamos ante un año desafiante, una realidad que diversos expertos y analistas han comentado: nos vemos frente a una inflación persistente —con un peak de 14,1% en 2022—, con un mercado laboral estancado, el cual mantiene una tasa de desempleo de 8,4%; con menor liquidez y contracción del consumo. Esto último reflejado en los dos primeros meses de este año, donde las ventas del comercio cerraron con una caída de 13%.
La realidad nos muestra un panorama complejo y, ciertamente, es un escenario bastante poco auspicioso. Sobre todo, si se considera que venimos saliendo de una pandemia que generó grandes cambios en la digitalización de las empresas, donde salieron adelante las que fueron más ágiles y eso no tiene vuelta atrás. Ahora, nuevamente estamos en un período en el cual la única forma de diferenciarnos es con un foco en la productividad e innovación para crecer.
En efecto, toda esta situación puede transformarse en una gran oportunidad si nos enfocamos en cómo mejorar la eficiencia y la productividad para seguir en el juego y salir airosos en un año que se proyecta más que complejo.
Es precisamente ahora cuando tenemos que preguntarnos de qué manera nuestras decisiones como líderes de una empresa impactan en nuestro negocio y qué acciones debemos tomar para ser más eficientes y productivos, pese a las adversidades del entorno.
¿Cómo se responde a esta pregunta? La clave está en la digitalización. Hoy más que nunca es necesario que el porcentaje de empresas que no han comenzado su camino hacia la transformación digital hoy lo hagan. No se puede perder un segundo con ello. El despegue hacia la eficiencia debe entrar en la cuenta regresiva, pues es la única manera de optimizar la productividad que tanto se necesita para no sucumbir a los vaivenes del mercado actual.
En efecto, ya lo sabemos, un ecosistema de gestión integrado de soluciones, sobre todo si es 100% web, permite ordenar, simplificar y automatizar todos los procesos claves para una empresa, lo que conlleva importantes ahorros y una mejora en la toma de decisiones, además de un incremento de la eficiencia y, por ende, de la productividad. Más aún, existen soluciones muy accesibles para cualquier tipo y tamaño de empresa. Lo importante, entonces, es mantener el foco en el rendimiento y de qué manera podemos invertir en su optimización.
Con todo, no hay duda alguna que la transformación digital es la pieza estratégica para la sobrevivencia de una compañía, por lo que debe ser la plataforma de apoyo para conseguir responder a las amenazas competitivas de un entorno complejo y difícil como en el que estamos inmersos; y la base para lograr un mayor y mejor desempeño.
Así, de este modo, el desafío hoy es mutar los obstáculos en oportunidades y despegar, con el apoyo de las nuevas tecnologías, hacia una mayor eficiencia y productividad. Ese debe ser el foco. No hay que temer, sino actuar… y el momento es ahora.
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