Sin importar el tamaño de las empresas, está claro que incorporar tecnologías para optimizar procesos y aumentar competencias permite que éstas se diferencien, mejoren su participación de mercado y sean, finalmente, más rentables. Pero, ¿qué diferencia a las pymes de las grandes compañías en este desafío?
Lo primero es que existen ciertas limitaciones que las pequeñas y medianas empresas deben hacer frente, entre ellas el desconocimiento y el no tener acceso a información de cómo o dónde encontrar herramientas disponibles que se adapten a sus especiales necesidades de negocio. Otra barrera son los costos, ya que hay opciones de alto valor que superan el presupuesto. Sin embargo, el mercado ofrece hoy alternativas accesibles, principalmente en la web, que impulsan la productividad, como también equipos e infraestructura de diferentes precios que resultan mucho más atractivos.
Por otra parte, regularmente contar con nuevas herramientas requiere definiciones, procesos y capacitaciones a equipos para poner en marcha la tecnología, donde la capacidad para gestionar el cambio, tanto de clientes como de proveedores, resulta fundamental. No obstante, ha quedado en evidencia, en estos últimos años de pandemia, que es posible adaptarse a innovadoras formas de trabajar, organizarse y comunicarse. Ya sean pequeñas empresas o grandes corporaciones, en toda la escala se han incorporado distintas innovaciones, pasando por transformación y cambios de los lugares de trabajo. Ya sea por modificaciones en las políticas del país o de la empresa, nuevos sistemas o tecnologías, la gestión del cambio no es simple, pero sí necesaria.
Lo relevante, en este proceso, es que los líderes asignados se comprometan verdaderamente con las transformaciones y modernización de los cambios. Clave también es que las autoridades estén en línea con los objetivos para alcanzar este cambio de forma exitosa. Hay que incentivar a empleados y colaboradores a abrazar el proceso en su totalidad y a apreciarlo como un aporte en el quehacer cotidiano, jamás como una amenaza.
El desafío por mantenerse vigente continuará en el futuro, considerando las constantes transformaciones sociales, políticas y económicas que terminarán por modificar condiciones y ambientes de trabajo. Es urgente que las empresas, independiente de su tamaño, conozcan y aprovechen correctamente las herramientas tecnológicas. Es necesario ser proactivo y anticiparse a los cambios que ocurren, más aún, teniendo en cuenta el clima de incertidumbre a nivel nacional e internacional que afecta a las economías de todo el planeta.
Es urgente que las empresas tomen decisiones que permitan aumentar la productividad y competitividad. Esto, a través de la implementación de herramientas que aborden eficientemente las nuevas circunstancias, reforzando el lugar de los negocios a través de la innovación y modernización de procesos. Hay que identificar áreas de mejora, oportunidades de crecimiento, agilizar las operaciones administrativas o, incluso, entrar en nuevos mercados.
En el marco de un mundo globalizado y una era digital, no hay duda de que, sin importar el tamaño de la empresa, es necesario atreverse a invertir en tecnología para mantenerse vigente.
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