Señor director:

Nuestro planeta lleva muchos años sufriendo una fuerte crisis originada por el daño que, inconscientemente, le hacemos día a día. El cambio climático nos ha entregado una señal clara de que llegamos a un punto de difícil retorno, pero no imposible y por lo mismo es necesario que todos asumamos un compromiso serio y tomemos acciones concretas. La llamada “Hora del Planeta”, por ejemplo, ayuda a continuar concientizando sobre la importancia de cuidar el lugar que habitamos, con acciones voluntarias tan cotidianas como apagar las luces o desenchufar los productos tecnológicos.

Si bien la mayoría podemos estar de acuerdo en que una hora no es suficiente, sí es un aporte si lo tomamos como un llamado de atención o como una forma de renovar nuestro compromiso con el cuidado del medioambiente y adoptar una forma de vida más consciente. Apagar las luces o desenchufar productos que consumen electricidad nos permite también reflexionar sobre nuestras propias acciones cotidianas, ya que muchas tienen directa relación con la protección de nuestro planeta.

La invitación, más allá de apagar las luces por una hora, es a desconectarse del consumo de un recurso que es limitado y que usamos como si no lo fuera, igual como ocurre con el agua o el gas, por ejemplo. La Hora del Planeta es una pausa que nos permite reflexionar sobre qué estamos haciendo para aportar a la lucha contra el cambio climático.