Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, reveló que la Inteligencia Artificial puede mejorar significativamente las evaluaciones sobre las mamografías, detectando con precisión los tumores de tamaño reducido y reduciendo las lecturas erróneas de falsos positivos. Otro estudio de Science Translational Medicine desarrolló un programa de IA capaz de identificar a personas en riesgo de padecer un trastorno inmunológico años antes del diagnóstico.
Estas investigaciones son algunos de los tantos ejemplos que destacan el potencial transformador de la inteligencia artificial en el campo de la medicina, y su contribución a salvar vidas y mejorar la eficiencia de los servicios de salud. Pero el impacto de la IA no se detiene ahí. En un mundo interconectado, la tecnología es transversal a todas las industrias, y la Inteligencia Artificial está construyendo una realidad nueva a la que ya conocemos, en donde cada innovación impulsa a que personas y tecnología trabajen en conjunto para mejorar las experiencias de los hombres.
Además de los algoritmos inteligentes directamente destinados al desarrollo de nuevas soluciones en el sector de salud, como son los casos de la mamografía y los trastornos inmunológicos, la contribución de la IA en el área médica incluye un gran abanico de efectos indirectos, pero no por eso menos importantes.
En este punto es donde entra la ingeniería software que, potenciada por la inteligencia artificial, desencadena un efecto dominó que culmina en la medicina, mejorando indirectamente la vida de millones de personas. Cuando las herramientas desarrolladas por los ingenieros se integran en los flujos de trabajo, el impacto es innegable: desde automatización de tareas hasta generación de códigos optimizados, la IA tiene el poder de potenciar ampliamente los procesos empresariales.
Un estudio basado en evidencia de Github Copilot, demostró que el uso de IA generativa puede reducir el tiempo de desarrollo y aumentar la productividad hasta en un 55%. Por lo tanto, la tecnología que en un principio amenazaba a dirigir a un mundo sin programadores, en realidad está contribuyendo a construir un mundo con programadores más eficientes, con la suficiente libertad para centrarse en tareas de nivel superior que requieren creatividad y toma de decisiones estratégicas.
Entonces, ¿cómo se traduce esta mayor eficiencia en la ingeniería de software en beneficios para el sector salud? La respuesta reside en una especie de “cadena de favores” tecnológica. Los ingenieros de software, impulsados por herramientas de IA, desarrollan soluciones innovadoras y más robustas para sus clientes, muchos de los cuales operan en el sector de cuidado de la salud. Según la consultora empresarial Frost & Sullivan, la IA puede mejorar los resultados en salud en un 40% y reducir los costos de atención en un 50%. Desde aplicaciones de gestión hospitalaria hasta sistemas avanzados de diagnóstico, la ingeniería de software, potenciada por la IA, está detrás de muchos de los avances que mejoran la experiencia de los pacientes.
Tomemos como ejemplo los sistemas de información hospitalaria, responsables de almacenar, procesar e interpretar datos médico-administrativos. Estos sistemas, desarrollados por ingenieros software muchas veces situados en lugares remotos de Latinoamérica, permiten a los hospitales reducir costos y ser más eficaces, gracias a la optimización de procesos y la reducción en los tiempos de atención. Incorporando herramientas de IA, como Chat GPT y Github Copilot, se facilita el espacio para que los desarrolladores se centren en las necesidades y preferencias de tanto los pacientes como todas las personas que trabajan en el hospital, y así mejorar los sistemas de forma integral. Su trabajo, a menudo invisible, tiene un impacto positivo y tangible en la vida de millones de personas.
Manteniendo un objetivo en común, la colaboración entre humanos y tecnología no solo es viable, sino esencial para seguir avanzando y descubriendo hallazgos que hace un par de años parecían imposibles. En definitiva, tanto la IA como los ingenieros de software trabajan para lo mismo: mejorar la vida de los seres humanos.