La cuarta revolución industrial está cambiando las relaciones laborales, al crear posiciones que no existían hasta hace algún tiempo y condenar actividades que comienzan a ser obsoletas. La educación y formación de los colaboradores tendrá mayor importancia para las empresas que quieran subsistir.
La actual coyuntura económica está obligando a negocios en todo el mundo a tomar las medidas necesarias para elevar su competitividad, como una forma de permanecer en el mercado y enfrentar los duros efectos de la inflación. Sin duda, las empresas más rápidas, perfeccionistas y productivas tienen mejores posibilidades de mantenerse en este difícil momento.
Como parte de este objetivo, muchas compañías han comenzado a ingresar en la llamada ‘cuarta revolución industrial’, entendida como el uso de plataformas tecnológicas que combinan infraestructura física con software, sensores, nanotecnología y comunicaciones digitales. En este sentido, vemos el uso creciente de herramientas como el Internet de las cosas, la inteligencia artificial o la robótica, para impulsar y maximizar los resultados.
Cada vez es más frecuente el uso de estas nuevas tecnologías en los puestos de trabajo y las relaciones laborales, donde presenciamos el surgimiento de posiciones que no existían hace una década y la desaparición de labores que comienzan a ser obsoletas. Según una investigación hecha por el Foro Económico Mundial, para 2025 se crearán 97 millones de nuevos puestos de trabajo en sectores emergentes.
Actualmente, los dos perfiles más solicitados en el rubro tecnológico nacional son los programadores de aplicaciones y los desarrolladores de software, de acuerdo con un estudio realizado en 2021 por la Cámara de Industria Argentina de Software (CESSI). En cuanto a la demanda laboral, el CESSI expresa que el mercado TI ha crecido exponencialmente estos últimos años, pasando de 20.000 empleos formales en 2004 a más de 120.000 en 2021.
De continuar por este rumbo, para el 2030 se estima una proyección de 500.000 puestos de trabajo generados. Así mismo, en materia de género también se ha visto un avance, puesto que la participación femenina se duplicó, para representar hoy en día al 30 % total del sector.
No obstante, la industria TI está sufriendo una escasez de trabajo especializado en el país, pues todos los años hay cerca de 5.000 vacantes que no logran cubrirse. Esta cifra podría ascender a más de 15.000 si se tienen en cuenta las ofertas relacionadas con tecnología que realizan compañías de otros sectores.
Por esta razón, las empresas deben enfocarse en capacitar a sus colaboradores con el fin de alinear sus habilidades ante los constantes cambios y así estar a la vanguardia en un mercado cada vez más competitivo. Para ello, pueden recurrir a distintas herramientas de colaboración internas para dar capacitaciones virtuales a sus colaboradores, empoderarlos a dar lo mejor de sí y crear equipos más fuertes y productivos.
Sin lugar a dudas, la educación será un factor clave en el que no solo las organizaciones y gobiernos deben prestar atención, los mismos profesionales están comprometidos a capacitarse frecuentemente para no quedar rezagados. Al final, el mercado podrá recomponerse alrededor de la Industria 4.0, en la medida en que las organizaciones comiencen a aprovecharla para darles continuidad a sus procesos.
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