La inteligencia artificial (IA) viajó al mundo real desde las páginas de los libros, películas y la televisión, ya que hoy prácticamente toda industria que opere a gran escala utiliza el “pensamiento” lógico de las máquinas. Los beneficios productivos son innegables.
Empresas como Google, Tesla, Amazon, Facebook, entre otras, han introducido sutilmente la IA en la vida cotidiana de millones de personas. Esto sucede también en el sector energético.
Para Julia Díaz, directora de Innovación del área Health and Energy Predictive Analytics en el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC), “Podemos hablar de múltiples usos (en el sector energético) como la optimización de procesos, el mantenimiento predictivo de altos componentes para aplicaciones industriales, (y) la optimización de la producción de materiales avanzados”.
La experta agrega que la IA permite “personalizar y adaptar” las ofertas energéticas mediante algoritmos específicos asociados al análisis geográfico de puntos de venta.
Otro ejemplo es Naturgy, empresa española especializada en gas y electricidad, la cual tiene un acuerdo con Microsoft para utilizar su Smart Energy Platform, que integra datos y conocimientos de la big data para la toma de decisiones de distribución y manejo de energía.
En México, Quartux desarrolla tecnología y software capaces de operar equipos físicos de baterías de litio de la manera más óptima posible, maximizando el ahorro en el recibo de luz y garantizando mejor calidad de energía para usuarios industriales mientras reducen la degradación de los equipos.
“Estos factores macro se obtienen gracias a que nosotros estamos monitoreando más de mil variantes cada segundo, y con base en eso nuestro software toma decisiones de carga y descarga de acuerdo a la forma más óptima de acción”, explica Alejandro Fajer, Director de Operaciones de la empresa.
Más allá de los beneficios mercantiles, la inteligencia artificial es positiva para el uso ecológico de la energía, pues aumenta la facilidad de decisión y la estabilidad en la oferta y demanda de este servicio, según informa el artículo “Digitalización e Inteligencia Artificial para una gestión eficiente de los activos energéticos renovables” de Grupo VASS.
IBM Latinoamérica ha explicado cómo este tipo de tecnologías pueden ayudar incluso con el ahorro de ciudades enteras. Para estos fines, se señala que los edificios inteligentes usan gran cantidad de sensores interconectados para monitorear la actividad y el consumo de energía en tiempo real. Esos datos pueden ser utilizados por la IA para identificar “enlaces débiles operativos y sugerir cambios para reducir el desperdicio”. Esto es especialmente significativo en ciudades industrializadas o con altos niveles de intercambio económico.
Frente a estos ejemplos, es vital que México y otras partes de América Latina se adentren cada vez más al uso de estas tecnologías inteligentes para el consumo de energía. Esta opción es el camino adecuado tanto para el sector público como para el privado, sobre todo frente al calentamiento global, el agotamiento de los combustibles fósiles y la rápida automatización del sector energético en otras partes del mundo.
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