La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) finalizó con un objetivo claro de reducir el calentamiento global a 1,5 grados en términos globales y muchas preguntas. El compromiso de la neutralidad de carbono de 2050 a la que suscriben numerosos países, entre ellos Perú, pone a las energías limpias en el centro de la escena. Como sostiene el Banco Mundial, cuanto más ambiciosas sean las metas climáticas, mayor necesidad de determinados minerales habrá. Esto representa una oportunidad -y un desafío- para un país que produce 6 de los 10 minerales con mayor demanda a nivel mundial.
Eso sí: la actividad, que representa aproximadamente el 60% de las exportaciones, también deberá adaptar su metodología a los nuevos criterios de sustentabilidad. Según el mencionado organismo, una perspectiva holística incluye la mitigación y la adaptación del cambio climático, la reducción del impacto de materiales y crear oportunidades de mercado.
Este último punto ya es un hecho: la industria minera es fuente de más de 200.000 empleos formales (Ernst & Young) y representa el 10% del PBI nacional. Los demás aspectos necesitan mejorarse. Un estudio realizado por América Economía afirma que Perú es el segundo país menos sustentable de América Latina. Cabe mencionar que la región representa una cifra ínfima en términos de impacto global medioambiental con emisiones: apenas entre el 3 y el 5% según el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA). La estadística no es para cargar las tintas sobre una actividad en particular, sino para que todas puedan rever sus prácticas en línea con el compromiso del país para lograr la neutralidad de carbono en 2050.
Así como la tecnología ha modificado el modelo de negocios de diferentes industrias, la minería sustentable también se puede valer de sus herramientas. Dentro de este contexto que mezcla transformación digital y grandes reclamos medioambientales, la sustentabilidad encuentra en las TICs a su gran aliado para lograr una economía responsable.
No solo es clave para mejorar el producto, también se pueden valer de softwares o big data para reducir costos energéticos y emisión de gases, ahorrar combustible, utilizar de manera eficiente el agua y optimizar el uso de materia prima. Todas estas mejoras de procesos influyen directamente en el crecimiento del negocio y, a su vez, en la mitigación de los impactos ambientales.
Además de los mencionados, el documento de “Minería para un futuro bajo en carbono” de la CEPAL menciona como oportunidad la trazabilidad y la generación de información, tanto de los ciclos como de datos georeferenciados.
Para las organizaciones públicas y privadas es necesario entender que la sustentabilidad y la tecnología de la información no son un costo sino una inversión que genera valor. Hoy ser sustentables es una obligación no solo desde el plano ético, también desde el plano económico. Actualmente, los grandes jugadores financieros solo inyectan dinero en aquellos proyectos que cumplen los parámetros más exigentes de responsabilidad ambiental.
La COP 26 estableció algunas normas a nivel mundial. La situación le demanda desafíos a todos los países y el reto es que cada uno lo aproveche en base a sus condiciones y en línea con el mismo objetivo común. Para que el país sea protagonista de los cambios medioambientales que se reclaman es necesario impulsar una minería sustentable.
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