Las planas directivas de las universidades deben preguntarse si su institución se está rezagando a nivel tecnológico, qué peso le dan a la tecnología y si han puesto al estudiante en el centro de la estrategia
Por Mario Sánchez, director de Latinoamérica de D2L.
La transformación digital en las universidades implica necesariamente el impacto de la tecnología a lo largo y ancho de la institución. En este concepto entra desde la estrategia organizacional hasta las nuevas tecnologías, pasando por la educación misma, además de competencias profesionales y expectativas de los clientes. Este cambio tiene también un innegable impacto en todos los sectores e industrias.
El modelo enseñanza-aprendizaje ha cambiado de manera radical desde hace al menos dos décadas, coincidiendo con el auge de Internet y el cambio de siglo. Es evidente que la tecnología ha sido el motor de esa transformación, aunque no la guía, tras los cambios más evidentes.
Sin duda, la tecnología llegó para quedarse en la universidad y puede observarse desde los procesos de admisión, registro y administración, matriculación en línea, conectividad inalámbrica en los campus universitarios, el acceso a contenidos, recursos digitales, campus virtuales y el uso de la tecnología en las aulas presenciales. No obstante, es importante subrayar que no todas las universidades han evolucionado al mismo ritmo, ni todas tienen el mismo nivel de integración y práctica de nuevas tecnologías.
Sin embargo, la transformación digital de las universidades es mucho más que la adopción de tecnología en sus diferentes formas. Mucho se ha estudiado a los millennials en los últimos tiempos y ahora es la Generación Z la que está empezando a llenar las aulas. Ambas generaciones han crecido rodeados de tecnología por lo que es de esperar que estos nativos digitales tengan expectativas respecto a su uso en el día a día de la vida universitaria, tanto como alumnos nuevos y docentes.
Mejorar la relación con el estudiante
La movilidad del estudiante y el uso de dispositivos como portátiles, tabletas y smartphones ha originado cambios en la configuración física tanto de aulas como de bibliotecas, evolución impulsada igualmente por la tecnología. Los servicios digitales universitarios se diseñan ahora para ser consumidos en movilidad y con una percepción de inmediatez desde el estudiante.
Tecnologías como Data Analytics e Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) aplicadas a los entornos de educación son integradas en las plataformas soporte de los campus virtuales para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, además de identificar tempranamente el riesgo de fracaso.
Nuevas modalidades docentes
En este nuevo contexto existen modalidades de estudio innovadoras que ponen al estudiante en el centro de la experiencia de aprendizaje. Desde modalidades puramente en línea pasando por la enseñanza híbrida (modalidad de enseñanza que combina las clases presenciales con el aprendizaje en línea), enseñanza basada en competencias o enseñanza adaptativa. Cualquiera de entre ellas destaca por su gran flexibilidad y tener la capacidad para eliminar barreras espacio-temporales, la agilidad, la rapidez para resolver dudas, las posibilidades para acceder a los tutores sin necesidad de desplazamientos, el acceso a los recursos que aumentan la participación, la colaboración e involucramiento del alumno (y el reflejo de esta actitud en los resultados) además de las facilidades para acceder a información y generar sinergias entre otros alumnos y proyectos educativos a través de la red.
Generar nuevas competencias en los jóvenes
La tecnología se ha convertido en algo necesario en la docencia universitaria pero el contexto de la transformación digital la convertirá en la piedra angular para que estas instituciones cumplan con su misión, que es generar nuevas competencias en los jóvenes que deberán tener para competir en el nuevo entorno laboral del siglo XXI.
El cuerpo universitario de docentes y todo el personal al servicio de estas instituciones se ven directamente afectados por la necesidad de disponer de un nivel de competencias elevado en entornos digitales. Se requieren nuevos modelos de relación con el estudiante, servicios y plataformas digitales, desarrollo de nuevas competencias para estos entornos digitales pero con estructuras de organización flexibles.
Sin embargo, no será viable un proceso de transformación digital sin un proceso de transformación organizativo que adecúe los siempre limitados recursos disponibles a los entornos y actividades de mayor valor e impacto en la institución universitaria.
Aspectos críticos de la educación superior:
- Modificar la experiencia de aprendizaje a entornos virtuales.
- Habilitar las competencias digitales del estudiante.
- Involucrar al educador en los cambios digitales.
Nuevos desafíos para las universidades:
La transformación digital de una institución de educación superior plantea nuevos desafíos al departamento de TI:
- Apoyo a la adaptabilidad institucional y al cambio tecnológico.
- Aporte a la experiencia y éxito del estudiante en el proceso de transformación.
- Habilitación de información para la toma de decisiones.
- Aseguramiento de las capacidades de TI para la calidad, eficiencia y uso de estas.
- Integración con el ecosistema tecnológico de la institución.
¿Dónde queremos estar?
Hay diversas preguntas que toda universidad debe hacerse ante la inevitable transformación digital:
- ¿Dónde queremos estar en los próximos años en ámbitos de educación virtual?
- ¿Cuáles son las tendencias de la educación que formarán parte de la estrategia?
- ¿Cómo podemos mejorar la gobernanza del proyecto?
- ¿Qué tecnología necesitamos para dar respuesta al modelo de manera eficiente?
Una mirada hacia el futuro
El proceso de transformación digital es sin duda el resultado de una estrategia digital indispensable en estos momentos. Aunque la transformación digital viene provocada por las tecnologías digitales no podemos limitarnos a hablar solo de tecnología. La estrategia y no la tecnología, es la que debe dirigir la transformación digital. Asi mismo, las universidades deben evaluar las necesidades de los estudiantes y cómo será su futuro laboral. Este concepto de transformación digital, se entiende como la medida clave y necesaria para la supervivencia de los negocios y mantener unos niveles de competitividad relevantes.
A manera de conclusión, las universidades deben preguntarse ¿Cuál es el estado real de la institución en cuanto a la transformación digital, qué hay que hacer y cómo? Hoy docentes, alumnos e investigadores incorporan en su cultura digital nuevos métodos de comunicación incrementados por el desarrollo tecnológico pero todavía existe una gran deuda en términos de cultura, procesos y renovación tecnológica en planes a corto plazo pero con una mirada hacia el futuro.