*Por Daniel Arraes, Director de Desarrollo de Negocios de FICO para América Latina
La banca abierta representa un paso definitivo para la digitalización de los servicios financieros y bancarios. Con su primera etapa, prevista para principios de año, brindará una mejor experiencia a los consumidores e implicará varios cambios para el mercado financiero. Se creará un ambiente con un intenso intercambio de datos, en el que los bancos tradicionales, los bancos digitales y las Fintech deberán mantenerse alerta para aprovechar las oportunidades de crecimiento.
Los bancos tradicionales ya cuentan con una gran base de clientes y con cantidades enormes de información, lo que permite desarrollar procesos analíticos de acuerdo con el perfil de consumo. La combinación entre este alto volumen de datos internos y los datos externos proporcionados por otras empresas, los cuales se compartirán a través de la banca abierta, impulsará el uso de la analítica para crear ofertas aún más atractivas y provechosas para los consumidores, tanto existentes como nuevos.
Por su parte, los bancos digitales tienen clientes más propensos a buscar ofertas en el mundo en línea y esperan recibir productos y servicios adecuados a su perfil. Además, esas empresas ya operan con plataformas abiertas. Debido a que los bancos grandes se verán obligados a participar en la banca abierta, la estandarización de las API para el intercambio de datos nivelará el campo de batalla entre todos los competidores, lo que podría acelerar el crecimiento de los bancos digitales.
En el caso de las Fintech y otros proveedores de servicios financieros digitales, la banca abierta contribuirá a la creación de empresas y nichos de mercado nuevos. Por ejemplo, surgirán los agregadores de datos: compañías que se dedicarán a mediar la obtención y el intercambio de datos.
Asimismo, surgirán servicios de procesamiento de pago, es decir, instituciones no financieras que podrán procesar pagos o cobros en nombre del cliente. Existe una serie de servicios que pueden agregarse, como, por ejemplo, la gestión financiera para personas físicas y empresariales, en la que la Fintech puede gestionar todo el flujo de caja en función de las obligaciones y cobros futuros. Estos servicios permitirían al consumidor común y a las pequeñas empresas obtener acceso a una gestión financiera sofisticada.
En el ámbito de la banca abierta también surgirán otros tipos de Fintech, como mercados digitales que otorgan crédito y soluciones financieras; empresas que comercializarán productos bancarios de marca blanca; servicios bancarios por suscripción, y varias posibilidades que aún están por desarrollarse.
Sin duda alguna, la banca abierta dará lugar a una revolución tecnológica importante en el sistema financiero que ofrecerá más ventajas a los consumidores y diversas oportunidades a todos los participantes del mercado. Sin embargo, las empresas que deseen explorar las innumerables posibilidades del nuevo sistema deben anticiparse e invertir en estrategias centradas en el cliente, con el soporte de la analítica y plataformas que faciliten la toma de decisiones y la relación con los socios.