- La relación con un proveedor de outsourcing, como nunca antes, deberá basarse en el principio de la transparencia y en el cumplimiento estricto de los criterios marcados por las autoridades en la nueva ley de tercerización.
Por Eric Rossati, director de SAP Fieldglass en México
Se dice que todo comienzo implica una nueva oportunidad. Si esto es cierto, entonces se puede afirmar que el outsourcing en México, con la recién aprobada reforma a su marco regulatorio, está iniciando un nuevo camino; una ruta que tendrá condiciones diferentes, pero que no cancela las posibilidades de las empresas para incrementar su productividad.
Las nuevas reglas de la tercerización aún causan debates entre los especialistas. No obstante, al margen de las discusiones, sería injusto no reconocer el tema de fondo: el outsourcing seguirá disponible en la economía mexicana, y para que esto ocurriera, el diálogo entre las autoridades y la comunidad empresarial fue un factor clave. Esta disposición a conciliar ideas y soluciones, además, puede incidir en mejores condiciones para 4.1 millones de trabajadores vinculados al esquema de personal subcontratado (grupo que representa casi el 20% del empleo formal en el país), según cifras de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
Para su plena implementación, el nuevo marco regulatorio todavía debe cumplir con una fase fundamental: que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) ponga en marcha el padrón en el que deberán inscribirse las organizaciones que estarán autorizadas a proveer soluciones de tercerización –compañías que brindan servicios y obras especializadas que sean distintos de la actividad económica preponderante de la empresa contratante, y no las firmas que exclusivamente suministran personal y controlan nóminas. Con el padrón en operación, las empresas de tercerización especializada tendrán 90 días para obtener su registro en este índice de la STPS.
Desde la distancia, las organizaciones que consumen servicios de tercerización pueden estar inquietas. Quizás imaginan que su relación con estos proveedores tenderá a complicarse, afectando el rendimiento de sus actividades. Y en realidad, no hay razones para sentir ansiedad por un nuevo marco regulatorio: es una oportunidad para transformar las operaciones de una empresa y encontrar nuevas eficiencias que impulsarán el éxito del negocio.
Un beneficio más allá de la regulación
En el nuevo contexto regulatorio, la relación con un proveedor de servicios de outsourcing tendrá que sustentarse, como nunca antes, en los valores de la transparencia y la certeza. Por principio de cuentas, saber que la compañía cumple con los criterios fijados por la STPS y con todas las disposiciones derivadas de la nueva ley de tercerización.
Hoy, tal grado de visibilidad y confianza es difícil de lograr, ya que distintas áreas corporativas (Compras, Recursos Humanos, Operaciones, Legal, etc.) intervienen en el vínculo con el proveedor de servicios de tercerización; pero cada departamento sólo administra los procesos y elementos (perfil e historial de la compañía, contratos, costos, personal, reglamentos locales e industriales, resultados comprometidos, etc.) que considera de su competencia.
Esto termina por crear una visión fragmentada del personal externo y de los servicios de tercerización que se están utilizando, de la que surgen ineficiencias como datos inconsistentes, actividades duplicadas, disparidad en costos estimados o tiempos de ejecución diferentes. Ineficiencias que exponen a la empresa al riesgo de sufrir sanciones y desperdiciar recursos. En buena medida, la organización no tiene una certeza respecto a lo que está pasando con sus proveedores de servicios externos.
En este aspecto radica la nueva oportunidad de las organizaciones. Las compañías mexicanas pueden aprovechar innovaciones basadas en la nube (es decir, que no implican inversiones desorbitantes en infraestructura tecnológica) que se especializan en la gestión de la fuerza laboral externa.
Con un sistema para gestionar proveedores basado en la nube, como la solución SAP Fieldglass, una empresa puede conseguir una visibilidad completa, consistente y profunda de todos los aspectos involucrados en la administración de una fuerza laboral externa, y abarcando todas las funciones, desde la búsqueda y contratación de proveedores de talento hasta el pago de facturas. Estas capacidades, en el caso de la nueva circunstancia regulatoria en México, pueden facilitar y acelerar la selección de proveedores preferidos de personal externo que realmente satisfacen las disposiciones de la autoridad.
Sin embargo, el factor de la visibilidad sin barreras no es la única ventaja. Estas soluciones innovadoras, al incorporar funciones avanzadas de análisis y automatización de procesos, también permiten gestionar –desde una plataforma única– todas las actividades de gestión de fuerza laboral externa, lo que habilita una toma de decisión oportuna y efectiva, permitiendo tomar acciones como:
- Detección temprana de personal en modelos de subcontratación que implica riesgos para la empresa: trabajadores que realizan tareas no contratadas o no alineadas a las políticas corporativas, o que están innecesariamente expuestos a situaciones amenazantes.
- Seguimiento puntual a los avances de un contrato, y desde una perspectiva completa: progresos en obra o servicio, presupuestos, tiempos de entrega, términos de calidad, cumplimiento regulatorio, etc.
- Medición automática de KPI específicos, índices de calidad, niveles de rendimiento, etc., con el fin de garantizar una entrega de servicio óptima, sin sorpresas para la organización o el proveedor de tercerización.
En ese sentido, vale la pena señalar que, en el ámbito global, las organizaciones más avanzadas en el uso de soluciones digitales para gestionar una fuerza laboral externa, no sólo están mejor alineadas a los marcos regulatorios que les corresponden, también están logrando resultados en beneficio del negocio. Según estudios realizados por SAP en colaboración con Oxford Economics, el 82% de estas compañías innovadoras logra que sus proveedores de servicios cumplan con las metas pactadas; el 76% está usando sus soluciones tecnológicas para generar datos que impulsan recomendaciones estratégicas; y el 82% afirma que su eficiencia operativa ha mejorado gracias a la innovación.
La nueva ley de outsourcing es un hecho consumado. Ya no es tiempo de debatir, sino de pensar en las mejores ideas –como aprovechar al máximo la innovación tecnológica– para adaptarse y trascender en el entorno que ha cambiado. Apoyarse en una plataforma en la nube para gestionar personal externo, es una opción inteligente en ese sentido; ya que cualquiera que sea el marco regulatorio, siempre ofrecerá un valor estratégico: la continuidad del negocio.
Aprovechemos esta transición regulatoria para fortalecer, desde el ámbito de la tercerización, a las empresas de México.