Por: Diego Majdalani, Presidente de Dell Technologies América Latina
Por estos días se está cumpliendo un nuevo aniversario de los disturbios ocurridos en el pub neoyorquino Stonewall Inn que dieron origen a las Marchas del Orgullo y a la lucha por los derechos LGBTQ en todo el mundo. Pasaron cinco décadas desde entonces y los resultados son alentadores: hoy la diversidad y la inclusión son temas prioritarios en la agenda de las organizaciones, tanto del sector público como del privado. Y no se trata solo de una cuestión social. “Cuando somos más inclusivos, obtenemos mejores resultados”, dice Michael Dell.
Y más allá de las celebraciones propias del mes del Orgullo, debemos recordar que la promoción de una cultura igualitaria y respetuosa –y digo, aquí también con orgullo, como la que fomentamos en Dell Technologies- requiere de un compromiso sin imposiciones de calendario.
Con esto en mente creamos el Comité Global de Diversidad de Dell Technologies, que dirige el propio Michael Dell y que tengo el honor de compartir con Brian Reaves, Chief Diversity & Inclusion Officer, y con Allison Dew, CMO and Pride ERG Global Executive Sponsor. ¿El objetivo? Superar los obstáculos hacia la igualdad, moderar los prejuicios y, por supuesto, asegurar que todo lo que hagamos esté teñido de diversidad y de inclusión. Esta iniciativa se suma a las numerosas acciones que realizamos en este sentido.
La diversidad e inclusión también son imperativos de negocios que son críticos para nuestro éxito a largo plazo. Estudios demuestran que los equipos diversos e inclusivos generan las ideas más innovadoras, mayores rendimientos financieros y mayores tasas de satisfacción del cliente.
Más allá de generar resultados empresariales positivos, un enfoque en la diversidad y la inclusión también nos protege de la escasez de talentos con la que se enfrenta la industria tecnológica. Las tecnologías de Dell, y la industria tecnológica en general, no pueden darse el lujo de dejar atrás el talento potencial. Nuestro Orgullo (con mayúsculas, claro): durante quince años consecutivos recibimos una puntuación del 100% en el índice de igualdad corporativa de Human Rights Campaign y fuimos nombrados uno de los mejores empleadores en términos en diversidad según la revista Forbes.
Los avances, si los comparamos con los de aquella sociedad donde se produjeron los incidentes de Stonewell, son notables. El camino que resta recorrer para alcanzar un verdadero sentido de equidad en la diversidad es arduo y –aún- largo. Sigamos fomentando el Orgullo. Nunca olvidemos que si tomamos la dirección contraria podemos toparnos, como sociedad, con su antónimo: la vergüenza.