La Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible no serán realidad hasta tanto que no tengamos igualdad entre hombres y mujeres. Afirma Mónica Álvarez, integrante del Área de Políticas de Igualdad del Gobierno de Andorra.
Según la Organización de Naciones Unidas Mujeres la igualdad de género y el desarrollo sostenible son dos problemáticas que están fuertemente relacionadas, porque en la actualidad existe la necesidad de visibilizar el rol de las mujeres en la defensa del medioambiente, además, de eliminar los vacíos que existen en las estadísticas de género y en los datos desagregados por sexo sobre el clima, el medioambiente y la reducción del riesgo de desastres en todos los sectores.
En este sentido, la Universitat Carlemany realizó en el mes de marzo la conferencia online “Igualdad de género en el contexto de la conciliación de la vida personal, familiar y laboral. Realidades y retos”, en donde se abordó la temática de la igualdad desde un enfoque teórico. Se profundizó en la visión de la educación y la construcción de género; la situación actual laboral y el tipo de desigualdades y discriminaciones existentes; y la conciliación personal, familiar y profesional.
Este espacio buscaba, adicionalmente, visibilizar estrategias desarrolladas para afrontar y perseguir los ODS 4 y 5 de la Agenda 2030, mostrando de esta manera los retos de futuro en materia de igualdad entre mujeres y hombres.
En la conferencia se contó con la participación de Núria Segués, licenciada en sociología y Mónica Álvarez, integrante del Área de Políticas de Igualdad del Gobierno de Andorra, las cuales iniciaron explicando la diferencia entre igualdad y equidad de género. La primera hace referencia a que todas las personas somos iguales frente a la ley, es decir, es un principio jurídico universal, mientras que la equidad de género tiene un componente ético, que busca asegurar la igualdad.
Uno de los entornos en los que se puede seguir hablando de desigualdad de género es la educación donde, menciona Mónica Álvarez, aún se sigue manejando una educación de socialización, en la cual se enseña sobre la correcta manera de comportarse en la sociedad de acuerdo al género, limitando así la información. Según las invitadas, esta formación pone etiquetas frente al sexo bilógico, orientación sexual, roles, expectativas, gustos o aficiones, simplemente por el hecho de nacer hombre o mujer.
Otro ámbito es el mercado laboral, en el cual las mujeres siguen siendo víctimas de discriminaciones a pesar de su constante lucha aún se enfrentan a comportamientos, actitudes, requisitos, actividades y roles que las vulneran y denigran por cuestión de sexo. En este sector se ha logrado un gran avance, actualmente los sectores económicos han dejado de estar dividido por género, vale la pena resaltar que la desigualdad ha disminuido, pero no desaparecido. Por lo cual es fundamental que los gobiernos, empresas, universidades y organizaciones creen planes de igualdad de género.
En la conferencia se resaltó la importancia de hablar desde tempranas edades de la conciliación personal, familiar y profesional, es decir, de la equitativa repartición de tareas domésticas, cuidado de los hijos y acompañamiento en sus necesidades.
Lo anterior permitirá que el desarrollo personal y profesional de las mujeres tenga mayor impacto, porque pueden dedicarse tiempo a sí mismas. Según Núria Segués, las mujeres a la semana dedican 15,5 horas a la semana en tareas de la casa mientras que los hombres solo 10.
Pero vale la pena resaltar el entorno científico, en el cual de un tiempo para aquí se empezó hablar de neurosexismo: interpretación y utilización para justificar estereotipos de género, en este avance se desmiente la creencia de que existe un cerebro masculino y femenino son distintos, lo cual ha permitido que mitos y creencias se dejen de lado.
Al respecto, Álvarez comentó: “La Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible no serán realidad hasta tanto que no tengamos igualdad entre hombres y mujeres. A medida que comprendemos mejor y establecemos las conexiones críticas entre el género, equidad social y cambio climático, no habrá desarrollo sostenible. Pero todo empieza desde el aumento de la representación de las mujeres en el liderazgo, la toma de decisiones, hasta llegar a una redistribución del trabajo doméstico, podremos tener una conciliación de la vida personal, familiar y laboral”.
El reto de la igualdad de género relacionado con el cambio climático
El desafío más grande de cerrar la brecha de género a nivel mundial es acompañarlo de medidas específicas que favorezcan a las mujeres de las zonas más afectadas por el cambio climático y que lleven a una transición enfocada a un modelo económico más sostenible, afirma la ONU.
Según Álvarez, “se necesita que -cada vez- existan más referentes de mujeres que se la jueguen por defender el medioambiente y que, además, lo peleen y lo luchen con todas las herramientas que tienen a su alcance”.
Una de las conclusiones es que uno de los retos más destacables es generar condiciones para que las mujeres no queden excluidas. ¨Ante los vínculos estructurales de la desigualdad y ante un escenario que amenaza la sostenibilidad de la vida, es clave lograr que las acciones de respuesta generen las condiciones necesarias para la igualdad y que las mujeres, en particular, no queden excluidas de la búsqueda de soluciones y de la participación en los procesos de respuesta a este desafío global¨.
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