La puntualidad y el buen servicio durante los vuelos ya no son diferenciales al momento de pensar en un viaje de negocios, desde luego sí son un deber. Este tipo de viajero es cada vez más exigente y la sostenibilidad se abre paso como una de las variables más determinantes al decantarse por una u otra alternativa para hacer un mismo recorrido.
Este concepto básicamente consiste en la capacidad de los negocios de responder por determinado bien o servicio sin que en el proceso se vean afectadas las generaciones futuras, por ejemplo, por problemas de contaminación. Incluso, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contempla una agenda de 30 puntos para que, en bloque, el mundo se mueva hacia el desarrollo sostenible.
La preponderancia de este valor en la mente de los viajeros de negocios se demostró recientemente, pues se hizo un estudio sobre cómo, en una época de pospandemia, este elemento cobra más protagonismo entre los compradores y se configura como un deber para quienes ofrecen el servicio. A continuación compartiré algunos de los hallazgos más importantes.
En primer lugar, una de las respuestas más dicientes del informe, realizado por SAP Concur y Wakefield Research entre abril y mayo de este año, es que 94% de los viajeros darán sus propios pasos para tener viajes más ecológicos en los próximos doce meses, lo cual se configura como una alerta temprana importante para quienes se dedican a este negocio y quieren cuidar a unos de sus compradores más constantes.
Pero vamos por partes. Esto no quiere decir que los cambios vayan a tomar doce meses en verse, significa todo lo contrario. Hoy ya se puede ver que uno de cada cuatro de estos clientes dejaría de subirse al avión si se da cuenta de que esta no es una alternativa sostenible, de acuerdo con el mismo estudio. La no aplicación de directrices claras en este sentido puede traducirse en menos ventas.
De la misma manera, informar de manera clara lo que se hace en términos de sostenibilidad no es vanidad. Se trata de un movimiento estratégico que marca reales diferencias de cara a quienes viajan por negocios. Estas empresas pudieron medir que tener información referente a la sostenibilidad para cada opción de viaje es “extremadamente importante” al momento de confirmar una reservación.
Este es un fenómeno que se ha enfatizado más en Europa. Sin embargo, las mediciones más recientes señalan que incluso las regiones como Asia Pacífico o América están encarriladas con el propósito de seguir acercándose a los estándares que ya se manejan en el viejo continente, en el cual se han hecho esfuerzos como el Pacto Verde Europeo, el cual exige que todos los viajes cumplan con un mínimo de sostenibilidad.
Así, la línea a seguir es que las empresas encargadas de gestionar los viajes de negocios se centren, claro está, en un primer momento, en mantener el corazón de su negocio funcionando a la perfección: la disponibilidad no se puede dejar en un segundo plano. Una vez y esto se surta de la mejor manera, es fundamental brindar opciones, por ejemplo, más amigables con el medio ambiente o pensar alternativas para encaminarse en tal dirección. Por último, pero no menos importante, es primordial revisar qué procesos internos se están llevando a cabo que vayan en dirección opuesta.
La gran conclusión de los hallazgos mencionados es que el público habla y deja claro que, además de un buen servicio, está muy interesado en un consumo más responsable y las empresas que escuchen y actúen serán las que estén un paso adelante en las preferencias y en el corazón de los viajeros más frecuentes.
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