Sin lugar a duda, el año 2020 será recordado como un año en el cual el COVID-19 cambió la forma de ver nuestro entorno, cambió los negocios, la economía y lo más importante, transformó al sector salud como uno de los más relevantes. Según datos de FIFARMA, Latinoamérica tiene el 25% de los hospitales del mundo, sin embargo, estos no son suficientes y están concentrados únicamente en las grandes ciudades.Por esta razón, la telemedicina se convierte en una herramienta poderosa para garantizar servicios de salud cuando la distancia es un obstáculo, tal y como lo especifica la Organización Mundial de la Salud (OMS): “para asegurar el acceso en tiempos donde la consulta presencial es una opción limitada y la virtualidad se convierte en un aliado para la atención de pacientes que viven en zonas alejadas y que pueden representar una población vulnerable dentro del contexto actual marcado por el COVID-19”.
Si bien la telemedicina ya era un hecho en Colombia desde el año 2010, cuando se expidió la Ley 1419 en la que se establecen los lineamientos para el desarrollo de telesalud en el territorio colombiano, con la emergencia sanitaria actual se aceleró aún más la implementación de este servicio. Principalmente zonas históricamente desatendidas o de difícil acceso, como veredas, corregimientos y municipios apartados empezaron a experimentar lo que hasta ese momento solo había sido una realidad en las áreas urbanas o centro del país.
En el país, según el Ministerio de Salud y Protección Social, entre marzo de 2020 y enero de 2021 se realizaron 101.249.764 tele consultas, las cifras pasan de 1.194.931 de atenciones en marzo de 2020 a 10.632.159 en enero de 2021, con participación de pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes. A pesar de estas crecientes cifras, también existen algunas dificultades, teniendo en cuenta que no es fácil diagnosticar ciertas enfermedades mediante una evaluación virtual de un paciente, y esto suponiendo que las citas se realicen por vídeo y no sólo por teléfono. Aunque se presentan avances en las capacidades de diagnóstico a distancia con herramientas como los estetoscopios y los monitores vitales que pueden enviarse a los hogares de los pacientes, estos son utilizados para la supervisión de enfermedades crónicas y no necesariamente ayudarán a diagnosticar problemas agudos o a determinar la aparición de nuevos síntomas.
A su vez, el paciente debe sentir el mismo nivel de compromiso como si estuviera en el hospital. También se trata de servicio al cliente; si alguien prueba la telemedicina y no queda satisfecho con la experiencia o el resultado, es posible que no vuelva a probarla.
Aunque la telemedicina se está convirtiendo en la norma para muchas personas, algunas siguen teniendo dificultades para ser atendidas por sus proveedores de atención sanitaria. Hay un buen número de factores que pueden disminuir la accesibilidad a los servicios de telesalud incluso en nuestra era digital. Por lo tanto, las empresas prestadoras de salud deben garantizar la calidad de la conexión y dotarse con los dispositivos tecnológicos adecuados para brindar el servicio.
La tecnología desempeña un papel fundamental en la continuidad de la telemedicina. Empresas líderes en tecnología para la industria como Zebra Technologies, presentan soluciones de comunicación que pueden marcar la diferencia en el cuidado de la salud en tiempos como los actuales. Un ejemplo es la serie de computadoras táctiles TC51/TC56 que utilizan hasta un 15% menos de energía, las aplicaciones se ejecutan hasta 5 veces más rápido y la pantalla de 5 pulgadas con panel táctil ofrece a los empleados un funcionamiento sencillo, reconocible y versátil que funciona incluso cuando se moja, con guantes o con un lápiz óptico. Entre sus principales características se encuentra la opción de videollamada y scanner optimizando el trabajo en la lectura de exámenes y diagnósticos a través de diferentes códigos de barras. Así mismo, cuenta con altos estándares de seguridad y es de fácil limpieza. A su vez, es compatible con el sistema operativo Android y se conecta a red wifi sin ningún contratiempo.
Igualmente, los kioscos de atención como los CC600 y CC6000 de Zebra, pueden ayudar al médico a tener una mejor experiencia en el contacto con el paciente y pueden ser portados fácilmente sin temor a caídas o daños por su empaque robusto.
La continuidad de la atención es fundamental para quienes padecen enfermedades crónicas y es imprescindible para evitar que se pierdan diagnósticos de enfermedades que podrían controlarse o curarse si se detectan a tiempo. Sin embargo, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) los servicios de prevención y tratamiento de las enfermedades no transmisibles (ENT) se han visto gravemente afectados desde el comienzo de la pandemia en la región de las Américas de acuerdo con estas cifras; 64% de los países interrumpieron parcialmente sus servicios de salud, 58% de los pacientes cancelaron la atención a través de telemedicina y finalmente el 50% del personal clínico fue reasignado al área de COVID-19.
Por esto, empresas como Zebra trabajan con los proveedores de servicios sanitarios para ampliar y reforzar sus sistemas. ‘‘Nos aseguramos de que nuestros clientes adquieran los dispositivos móviles adecuados, realicen las integraciones correctas con los sistemas de información sanitaria, refuercen sus arquitecturas de red inalámbrica e implementen una mayor seguridad en sus procedimientos. También les ayudamos a realizar soluciones de software que mejoren la planificación de los colaboradores para que no se presente agotamiento en los servicios presenciales y de telemedicina’’ afirmó Daniel González, director de Zebra Technologies en Colombia.
En definitiva, este servicio será esencial durante los próximos años y deberá estar acompañado paralelamente de diferentes soluciones tecnológicas que sean de gran utilidad y beneficio tanto para el personal sanitario como para los usuarios; con acceso fácil y rápido a redes wifi, optimización en su memoria y propósito multifuncional cumpliendo más de una tarea al mismo tiempo; factores decisivos en un país en el cual solo 6 de cada 10 personas tienen acceso a internet según el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (MinTIC).