El enfoque basado en la indagación se puede aplicar en todos los niveles educativos para mejorar la calidad educativa en nuestro país y en todo el mundo. Es importante que los docentes le proporcionemos a los alumnos propuestas pedagógicas que resulten interesantes y motivadoras para que ellos puedan realizar actividades relevantes y significativas, basadas en temas transdisciplinarios en contextos globales y locales.
La indagación también tiene un gran impacto en la construcción y el diseño de los espacios áulicos ya que la disposición de los pupitres, los mobiliarios de las clases y el fácil acceso a los materiales permite que los alumnos puedan desarrollar su proceso de aprendizaje de manera autónoma. Cuando se implementa la indagación en espacios creativos, los alumnos realizan actividades de manera individual, grupal y/o de a pares con mayor facilidad y se fomenta la diferenciación de las actividades de acuerdo con las capacidades personales y estilos de aprendizaje. Comprendemos que este enfoque constituye un proceso continuo que incluye la reflexión, promueve el desarrollo de nuevas habilidades y permite una comprensión conceptual más profunda y valiosa.
A lo largo de toda su escolaridad, deseamos brindarle al alumno variados desafíos de aprendizaje para que logre distintos niveles de indagación, desde un planteo más guiado y acompañado por los docentes y también por sus compañeros hasta llegar a un grado de mayor autonomía y gestión. Además del desarrollo de las habilidades de investigación y de pensamiento crítico, necesitamos priorizar el aprendizaje social y emocional de los alumnos para que logren su potencial no solo académico, sino también puedan desarrollar su mente ética y su personalidad desde una mirada holística. De esta manera, los alumnos construyen su propio conocimiento basado en conceptos y habilidades que pueden trasladar a distintos contextos y disciplinas.
Hoy en día se trabaja mucho desde la construcción del conocimiento del alumno, con el razonamiento y no con la memorización. En historia, por ejemplo, no debería ser tan relevante memorizar las fechas, sino que el alumno pueda explicar las causas e implicancias de los hechos, y relacionarnos con otros acontecimientos anteriores y posteriores, locales y globales. En química tampoco sería necesario recordar la tabla de elementos, pero sí poder aplicarla para resolver los problemas reales que se planteen.
Lo que se busca con la indagación como pedagogía para la enseñanza es fomentar un pensamiento crítico. Creemos que, en el desarrollo de una monografía, el alumno no solo aprende a elaborar un trabajo de investigación, sino que también aprende a manejar su tiempo de manera eficaz, a comunicarse efectivamente al realizar una entrevista, a citar las referencias bibliográficas de acuerdo a normas pre-establecidas y a evaluar la validez de fuentes cuando realiza el buceo bibliográfico en Internet, por ejemplo.
Asimismo, las nuevas tecnologías también posibilitan el desarrollo de la indagación desde una mirada disciplinar y transdisciplinar. A su vez, los nuevos dispositivos, las nuevas aplicaciones, las nuevas herramientas digitales interpelan a los docentes porque es necesario actualizar y mejorar la forma de enseñar. Lo esencial sigue siendo la formación y constante capacitación docente porque ¿cómo construye el profesor una clase en la que cada alumno tiene su computadora? ¿O una experiencia de laboratorio con los mismos instrumentos que se usan en el mundo real? Hoy existen simuladores que acercan el mundo laboral y sus prácticas profesionales a las aulas de nivel primario y secundario. La enseñanza está en función de que el alumno pueda, con los nuevos dispositivos, construir conocimiento siempre.
Actualmente el docente ya no es solo facilitador o mediador entre el conocimiento y el alumno, ahora también el educador tiene la gran misión de transmitir el entusiasmo por aprender y motivar al alumno para aprender. El gran desafío es provocar que el alumno aprenda a aprender. El docente ya no es quien da las respuestas sino quien hace que el alumno encuentre las respuestas. El instructor es un facilitador de caminos para investigar y no es un facilitador de respuestas. Por ejemplo, en la monografía mencionada se selecciona un tema que le interesa personalmente al alumno y el tutor/docente sólo lo acompaña y lo guía. Así se asegura la motivación porque el proyecto no pertenece al docente, sino que es un producto del alumno. El educador cumple un rol de entrenador deportivo: tanto el alumno y como el docente tienen un objetivo en común; se acompañan en el proceso, entrenando juntos según sus habilidades – el instructor deberá aprender sobre el tema que el alumno le interesa y el alumno deberá aprender sobre la elaboración del trabajo académico. Ambos se apoyan mutuamente y trabajan colaborativamente para llegar a la misma meta.
La tarea de acompañar al alumno en su proceso de indagación implica un gran desafío para el docente ya que se contactará de nuevo con por qué eligió su profesión. La pasión docente se renueva con la motivación del alumno y es así como mediante la indagación, tanto alumnos como docentes se ven beneficiados en el camino de la educación.