2022 es el año de la conectividad 5G en Latinoamérica. No es secreto que a partir de su reciente llegada se abrirá un nuevo mundo de posibilidades para todos, dadas las características que esta quinta generación trae para una conexión de más alta calidad y gran velocidad de navegación, permitiendo multiplicar el número de dispositivos conectados a la vez sin que esto represente pérdidas en el rendimiento, con mayores niveles de seguridad y privacidad de datos, y facilitando la creación de redes más amplias, que involucren personas, objetos, dispositivos y máquinas por igual, con una mejor experiencia para los usuarios.
Pero hay una cuestión que ha girado alrededor de 5G desde antes de su arribo a la región. Por largo tiempo se ha hablado de si esta nueva tecnología reemplazaría al Wi-Fi. Lo cierto es que no es así, y estamos justo en el momento en que lo comprobaremos. La experiencia está por demostrarnos que ambas tecnologías son mucho más una fuerza una para la otra, que símbolos de competencia.
Cada una cuenta con debilidades y fortalezas únicas, como ocurre con cualquier tecnología, pero una particularidad que comparten es que, cuando se combinan, pueden ofrecer a las organizaciones lo que realmente desean: el mejor servicio disponible, en cualquier lugar, con un modelo inalámbrico híbrido que brinda, por un lado, una experiencia de usuario perfecta, y por otro, seguridad y administración de nivel empresarial. ¿Cómo es esto?
Estamos en una era en la que vivir sin un Wi-Fi estable y sólido es prácticamente imposible, sobre todo a partir del boom de la digitalización, lo mismo en entornos laborales y escolares que en todo tipo de interacciones en nuestro día a día, desde hacer compras, reservas y citas médicas, hasta los convivios habituales con familia y amigos, y muchas cosas en medio.
Hasta ahora, indudablemente Wi-Fi 6, la más reciente versión de este estándar de transmisión inalámbrica, es el aliado de un sinfín de actividades cada día. Desde el comienzo, ha brindado una cobertura rentable y eficaz en interiores, con herramientas operativas y de seguridad que las organizaciones necesitan y esperan. Sin embargo, incluso con el Wi-Fi más potente, hay cosas que aún se nos complican.
Si bien en la oficina, la casa o la cafetería podemos tomar una videollamada prácticamente sin complicaciones, intentar continuarla en el trayecto no es muy confiable: la conectividad se puede volver un grave inconveniente. De igual forma, la velocidad de descarga que puede brindar Wi-Fi 6 en ambientes donde hay una cantidad masiva de usuarios sigue viéndose afectada. Es aquí donde 5G marca una rotunda diferencia. No es que venga a reemplazar al Wi-Fi, sino que cerrará la brecha que hasta ahora presenta este estándar al proveer una conectividad inalámbrica más confiable y flexible.
Lo mejor de todo es que las ventajas que ofrece la llegada del 5G no se detienen ahí. Juntos, Wi-Fi y 5G impulsarán la aceleración digital en todos los niveles.
Para las empresas, las tres mejoras prioritarias que trae consigo 5G versus su antecesor, 4G (mayor ancho de banda, mayor velocidad y menor latencia), se traducen en oportunidades de innovación tecnológica que significarán mejores experiencias para los usuarios. La posibilidad de contar con velocidades de transmisión cercanas a los 15 o 20 Gbps, por ejemplo, podría sentar las bases para el acceso en tiempo real a la nube y, por ende, disfrutar de inteligencia artificial y recursos en remoto sin esperas; es decir, un acceso instantáneo a datos, gráficas, videos e instrucciones, así como una toma de decisiones mucho más ágil y precisa.
Por otro lado, al tener menor latencia, el tiempo de ejecución de órdenes se reducirá (se espera que al menos 10 veces en comparación con 4G), lo que nos dará una mejor capacidad de respuesta para nuestra interactividad en tiempo real. Esto será de gran impacto en múltiples escenarios: operaciones quirúrgicas remotas, en las que médico y paciente están físicamente distantes y la intervención se realiza con instrumental de precisión manejado a distancia; monitoreo 7x24 y en tiempo real de pacientes de alto riesgo; sistemas de transporte automatizados y sin conductor; hogares conectados que, sin el obstáculo del tiempo de reacción, brindarán mayor seguridad y eficiencia a sus ocupantes; manejo de máquinas a distancia en las plantas industriales; ciudades enteras con un control del tráfico y gestión de la seguridad en tiempo real, y un largo etcétera.
La eficacia en el uso de banda ancha hará posible que la realidad del Internet de las Cosas (IoT) no fracase, pues ahora sí podrá haber, en una misma casa, decenas de equipos conectados enviando información de manera simultánea, o bien cientos, e incluso miles, en el caso de las organizaciones y plantas industriales.
Según señala Deloitte[1], esta tecnología inalámbrica de próxima generación está brindando una oportunidad para cambiar la forma en que los negocios operan, innovan y posicionan sus productos y servicios. Los líderes consideran que estándares avanzados como éstos son fundamentales en sus esfuerzos por inyectar innovación a sus esfuerzos de transformación digital, mediante tecnologías como la analítica de Big Data, la inteligencia artificial, el IoT, Edge y la nube.
Así que no es difícil comprender por qué los administradores de las redes empresariales tienen confianza en que 5G + Wi-Fi 6 brindarán un ímpetu transformador a sus organizaciones. Y para todos nosotros como usuarios, esto sin duda será palpable en nuestra vida diaria.
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