Las comunicaciones de vehículo a todo (V2X) a través de las redes celulares apuntan a incrementar la seguridad en los caminos, aumentar la eficiencia del tránsito y el transporte, y contribuir al ahorro de energía y reducción de las emisiones para beneficio del medio ambiente, entre otras ventajas.
La industria automotriz y del transporte ha venido experimentando grandes cambios gracias a la incorporación de tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) en los últimos años. Desde hace algún tiempo, los fabricantes han comenzado a conectar cada vez más los vehículos mediante el uso de diversas plataformas de telecomunicaciones. Frente a estos avances, y gracias a su amplia difusión y masividad, las redes celulares aparecen como la opción ideal para conectar los vehículos tanto entre sí, con servicios y aplicaciones, con la infraestructura que los rodea e incluso con peatones, ciclistas y varios otros elementos.
Las comunicaciones de vehículo a todo (V2X) incluyen una amplia variedad de conexiones entre vehículos y otros dispositivos. Entre ellas, se encuentra la comunicación de vehículo a vehículo (V2V), usada principalmente para cuestiones de seguridad, como la prevención de colisiones; vehículo a redes (V2N), para, por ejemplo, monitorear el tránsito y brindar opciones de rutas en tiempo real; vehículo a peatón (V2P), para seguridad y prevención; y vehículo a infraestructura (V2I), para priorizar y sincronizar semáforos y señales, por ejemplo, y contribuir a la eficiencia en la circulación. Gracias a tecnologías inalámbricas disponibles como 4G y 5G, las comunicaciones de vehículo a todo pueden realizarse mediante las redes celulares (C-V2X, Cellular Vehicle to Everything).
A grandes rasgos, todas estas formas de conectividad para vehículos buscan contribuir a la seguridad y prevención de accidentes, la eficiencia en el tráfico de la cual se desprende también un ahorro de energía, de consumo de combustible y de emisiones de dióxido de carbono.
En la actualidad, existen diversas pruebas que aspiran a transformar en una realidad los vehículos autónomos, es decir, que se conducen sin necesidad de intervención humana. Pero, además, existen distintos grados de automatización y asistencia que pueden ser implementados en automóviles gracias al uso de las TIC, aumentando la información disponible para los conductores humanos y simplificando la toma de decisiones al volante.
La llegada de la 5G resulta ampliamente promisoria para las comunicaciones C-V2X, gracias a sus capacidades técnicas de baja latencia, disponibilidad y seguridad, así como también al empleo de la partición o rebanamiento de red (network slicing) y computación en el borde (Edge Computing), que abre las puertas a una amplia variedad de aplicaciones en el ámbito vehicular. Por ejemplo, gracias al empleo de distintas rebanadas de red, un vehículo podría aprovechar en simultáneo estos segmentos de red independiente para servicios y aplicaciones con requerimientos muy diversos, como entretenimiento —video en tiempo real a través de banda ancha—, aplicaciones de mantenimiento —transmisión de información del motor u otros componentes a aplicaciones específicas del fabricante— y aplicaciones de asistencia, automatización o conducción remota.
Todos los casos anteriores precisan de distintos niveles de requerimientos en términos de ancho de banda, transmisión a altas velocidades de movilidad, latencia, confiabilidad, disponibilidad y consumo de energía. Gracias a la 5G, todos ellos podrían ser una realidad empleando la misma tecnología de comunicación inalámbrica.