Los millennials son la generación más numerosa a nivel mundial y se espera que para 2025 sean el 75 por ciento de la fuerza laboral. Aunque son más conservadores de lo que parecen, descubrieron cómo ser el punto de ebullición para comenzar una revolución en materia de servicios financieros y sus exigencias elevan la vara para los bancos Ciudad de México a 4 de febrero del 2020.- La generación millennial está cambiando la manera de consumir en todas las industrias, y la financiera no es la excepción. Esto ya había sido pronosticado por el estudio The Millennial Disruption Index, que permitió vislumbrar la revolución fintech que llegó unos años más tarde.
De acuerdo con dicho estudio, las expectativas de consumo de los millennials son radicalmente diferentes de cualquier otra generación anterior; por ejemplo, el 71 por ciento de ellos prefería ir al dentista antes que al banco.
La oferta bancaria siempre se ha ubicado un paso por detrás de las necesidades de sus clientes. Lo engorroso de realizar un trámite bancario, la pérdida de tiempo que esto genera, sus horarios limitados de atención y la poca personalización al momento del ofrecer sus productos, no fueron condiciones aceptadas por esta generación que da tanto de que hablar.
“Los millennials siempre estuvieron abiertos a buscar soluciones financieras incluso en empresas que no eran bancos. La demanda de un usuario más exigente, la evolución de la tecnología y la necesidad de productos financieros ad-hoc facilitaron el nacimiento de servicios financieros mejorados” – explica Marilú Páez, directora general de Afluenta, la fintech que revoluciona las finanzas en México.
“No es casual que el 60 por ciento de los usuarios que ingresan a nuestra plataforma pertenezcan a esta generación”, agrega.
El origen de la revolución financiera es millennial
Los bancos han reducido parte de su personal, cerraron las sucursales que no eran productivas y están experimentando un intento de digitalización. En el corto plazo, se espera que estas tendencias se aceleren porque las exigencias de los clientes y sus comportamientos están evolucionando a un ritmo apresurado.
De acuerdo con The Millennial Disruption Index, el 73 por ciento de los encuestados se inclinaba por experimentar servicios financieros ofrecidos por empresas de tecnología y no por instituciones bancarias. Para ellos, las fintech (empresas especializadas en tecnología financiera) revolucionarían la forma en la que los bancos operaban; asimismo, sostenían que la innovación que el sistema requería vendría impulsada por jugadores ajenos a la industria. Así fue como estas empresas basan su negocio en servicios financieros apoyados en la tecnología, buscando que los productos evolucionen junto con el usuario, facilitando la vida de las personas, simplificando procesos y ofreciendo calidad de atención.
“Sacar lo mejor del mundo de las finanzas y el de la tecnología siempre ha sido uno de nuestros principales objetivos. Los servicios de la banca tradicional que conocemos no fueron creados con estos objetivos, con lo cual hay una oportunidad para las Fintech de explotar este potencial”, opina Marilú Páez respecto al éxito de Afluenta.
El final del mito. El millennial es más conservador que sus antecesores
Los hábitos financieros de los millennials llaman la atención. Su forma de ahorro e inversión dista de la de sus progenitores, teniendo un impacto importante en la economía.
En Afluenta, la fintech líder en la región que hace a un lado la brecha bancaria permitiendo créditos más convenientes e inversiones más rentables, el 60 por ciento de los inversionistas corresponde a esta generación, mientras que en solicitantes de crédito son solo el 29 por ciento. “Estos números no hacen más que confirmar que el millennial llega financieramente más preparado que sus antecesores generando ingresos adicionales para la inversión, en vez de requerir financiamiento para sus proyectos”, agrega Marilú Páez.
Pese que confían en la tecnología y en las nuevas alternativas de inversión, al tratarse de una generación que ha crecido durante la crisis y han visto cómo sus padres perdían sus empleos a raíz de la misma, tienen adversión al riesgo y son algo más cautelosos que sus antepasados al tomar decisiones en el mercado financiero.
Es por eso por lo que también comenzaron a ahorrar antes. A pesar de que sus ingresos son menores pudieron adoptar el hábito antes que los baby boomers. Respecto a su manera de invertir eligen opciones simples y se inclinan por herramientas automáticas que los ayude a gestionar. En Afluenta, por ejemplo, el 71 por ciento de los millennials prefiere invertir de forma automática en donde el sistema opera a partir de sus preferencias de rendimiento.
Comparando las decisiones de inversión de un millennial con el resto de las generaciones, estos jóvenes prefieren invertir sumas de dinero más reducidas para darse la oportunidad de diversificar en varias alternativas.
En Afluenta, mientras que los millennials ingresan al sistema con $8,100 pesos en promedio, el resto lo hace con $11,800 pesos. Estas diferencias también se perciben en su estilo de inversión más conservador: Los inversores que no pertenecen a esta generación obtienen un promedio de 21.6 por ciento de rendimiento anual, como resultante de sus elecciones y el 63 por ciento invierte con un perfil agresivo, mientras que los millennials obtienen un rendimiento anual promedio de 20.8 por ciento, donde solo el 56 por ciento de ellos opera de bajo una selección de cartera agresiva.
Invertir en personas, una alternativa que atrae cada vez más millennials.
Es que para el millennial no todo es rendimiento. Puede que no tengan muy claro cómo planificar su vida, pero se preocupan por el futuro de la humanidad. Sienten que invertir su capital en alternativas que dejen una huella a nivel social es un plus.
Es por eso que Afluenta, la plataforma que permite invertir en proyectos de otras personas, parece hecho a su medida. El sistema recibe solicitudes de crédito que categoriza de AA (perfil más conservador) a F (perfil más riesgoso) y las pone a disposición de los inversionistas para que puedan participar de ellas a cambio de un rendimiento esperado. De esta manera, los inversionistas pueden elegir en qué tipo de créditos participar.
“Con una inversión mínima de $5,000 pesos los inversionistas empoderan proyectos siendo ellos quienes toman sus propias decisiones. En los primeros tres años recibimos más de 615,000 solicitudes que se convirtieron en más de 5,000 proyectos.” – concluye Marilú Páez, directora general de Afluenta México.