Esta semana Chile fue el primer país de Latinoamérica en sobregirar sus recursos naturales, agotando la capacidad ecológica anual del país. La situación deriva del uso indiscriminado de los recursos por parte de personas y empresas que, sumado a la deuda ambiental acumulada y en constante aumento, dificulta un futuro prometedor para las próximas generaciones.
Una combinación de factores han derivado en el alza del precio del gas, petróleo, gasolina y carbón, provocando una crisis energética a nivel mundial dada la escasez de combustibles fósiles y necesidad de alternativas renovables. En esta línea, según calculan los científicos, una solución sería aprovechar al máximo la energía de las olas para satisfacer la necesidad eléctrica a nivel mundial.
Las olas cuentan con la mayor densidad energética proveniente de una fuente renovable en comparación con la eólica, solar, biomasa y geotérmica. Esto se traduce en un potencial enorme para contribuir a la resiliencia de la mezcla energética del mundo. Países como Australia, China, Dinamarca, Italia, Corea, Portugal, España, Reino Unido y Estados Unidos están desarrollando actualmente la energía de las olas. Según la Agencia Internacional de la Energía, para que el mundo alcance la neutralidad de carbono en 2050 la generación de energía oceánica debe crecer una media del 33% anual entre 2022 y 2030.
Sin embargo, las tecnologías para aprovechar la energía de las olas siguen en desarrollo, debido a que la construcción y funcionamiento de las plantas suelen ser muy costosas. Los esfuerzos a nivel país deben estar puestos hoy en revertir la situación ecológica, y para hacerlo es necesario un apoyo estatal para fomentar el desarrollo de las tecnologías marinas, que son las que cuentan con el mayor potencial para hacer frente a la crisis.
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