El mundo está demostrando un gran interés en nuevas tecnologías de modalidad biométrica, ya sea facial, iris o huellas dactilares, las cuales cada día están siendo utilizadas tanto en dispositivos personales como en seguridad corporativa. Aún más en un contexto como el actual, donde poco a poco la sociedad está comenzando a retornar a la normalidad, pero en donde se seguirán aplicando medidas de saneamiento, como el uso de mascarillas, para garantizar la salud y la seguridad de las personas en lugares públicos, lo cual hace evidente la creciente implementación de este tipo de tecnología de acceso sin contacto.
Y es que hoy en día, las personas no solo utilizan mascarillas en su rostro, sino que también gafas oscuras y bufandas, entre otros elementos, lo que hace que los rasgos faciales sean un poco más complejos de identificar.
Con el tiempo, el reconocimiento facial será considerado como el desarrollo tecnológico para garantizar la seguridad corporativa. Este es el caso para varios segmentos empresariales que buscan volver a operar mediante la “nueva normalidad”, quienes han optado por las tecnologías de control de acceso sin contacto para garantizar la seguridad tanto de los clientes como de los propios empleados.
Por esta razón, IDEMIA, líder global en Identidad Aumentada, tiene la capacidad de identificar la información del rostro y poder determinar quién es la persona, con un nivel de precisión muy alto, ante estas nuevas condiciones de seguridad y protección.
La compañía en el Rally de Tecnología Biométrica organizado por el Departamento de Seguridad Nacional en los EE. UU., logró más del 99.5% en la Tasa de Identificación Verdadera (TIR) gracias a su algoritmo, por lo que este tipo de investigaciones y demostraciones hacen del reconocimiento facial una tecnología perfecta para ser instalada en cualquier empresa, con el fin de lograr un doble objetivo asegurar el acceso y proteger a las personas.
Así que este tipo de soluciones tecnológicas ganan cada vez más cuota de mercado, por lo que son interoperables, funcionan en tiempo real bajo un mismo sistema de control.
¿El reconocimiento facial traspasa la privacidad?
Desde IDEMIA son entendibles las preocupaciones que existen por la privacidad, y en definitiva es un tema importante que la industria debe abordar. Por lo que dentro de las soluciones de reconocimiento facial, la compañía se ha anticipado a las preocupaciones de privacidad al establecer un sistema de autorregulación con medidas de protección para los usuarios finales.
Específicamente para el reconocimiento facial, el dispositivo VisionPass se ha diseñado bajo el concepto de área de intención, el cual es una “burbuja de privacidad” de 70 cm que garantiza la captura del usuario real y no de las personas que puedan estar alrededor. Igualmente, esta solución utiliza una metodología de cifrado para garantizar la seguridad del sistema.
Si bien, la compañía no almacena datos biométricos individuales como huellas dactilares o imágenes faciales. Los datos biométricos se reducen y se transforman en puntos característicos biométricos, con su propia plantilla y código biométrico por lo que, se asegura antes del procesamiento. Así que solo las empresas que instalan estos dispositivos tienen acceso de alta seguridad a estos datos. Finalmente, las soluciones de privacidad por diseño de IDEMIA garantizan que los datos privados no se filtren desde entornos no autorizados por el gobierno.
En este dispositivo VisionPass, IDEMIA asoció sus últimos avances en Inteligencia Artificial y algoritmos de reconocimiento facial con un conjunto óptico de última generación que combina cámaras 2D, 3D e infrarrojas para satisfacer las expectativas de los clientes más exigentes, dando como resultado un dispositivo de reconocimiento facial robusto, confiable y potente que proporciona una identificación casi en movimiento, sin necesidad de que el usuario se detenga enfrente del lector, igualmente el lector soporta múltiples ángulos faciales y cambios de apariencia (gafas, barba, bigote, corte de pelo, etc).
IDEMIA también trabaja en la mejora de las interfaces de usuario para que el reconocimiento facial sea más fácil de usar, mejor entendido y aceptado por el público en general, al tiempo que cumple con todas las obligaciones de información del usuario, por lo que se invierten grandes cantidades en I+D y más de 2.000 personas que se dedican a la investigación, para brindar un dispositivo con estrictas políticas de seguridad y privacidad.
Así que el reconocimiento facial llegó para quedarse, una tendencia tecnológica que refleja crecimiento tanto en la región como en el país, y hay que entender que aún no sustituirá otras tecnologías masificadas. Pero sí es un complemento para esos lugares que requieren un nivel extra de seguridad y que no permiten infiltraciones de personas no autorizadas.
Nelson Rodríguez Gerente de ventas BDA para la región Andina de IDEMIA
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